Como es usual en la Red Latinoamericana de Cumplimiento, la pasada sesión contó con la presencia de un destacado experto internacional en materia de Gobierno Corporativo y Cumplimiento. Fue Mark Pieth, ex presidente del Comité Antisoborno de la OCDE, quien inició la conversación con un recuento sobre los orígenes normativos de la lucha contra el soborno transnacional, que tuvieron como base las iniciativas sobre competencia desleal en Estados Unidos, en particular la Ley contra Prácticas Corruptas en el Extranjero (Foreing Corrupt Practices Act – FCPA ) de 1977 y cómo, poco a poco ha venido cobrando importancia la regulación en materia de soborno transnacional como puntal en la lucha contra la corrupción.

Resaltó que en la actualidad Estados, gobiernos y empresas, son en general conscientes de la necesidad de implementar estrategias para prevenir el soborno y la corrupción. Sin embargo, el desafío es cómo hacer efectivo en la realidad lo que ponemos en el papel. Es un reto que experimentamos cuando se trata de materializar los esfuerzos en acciones concretas al interior de nuestras organizaciones.

Porque, a pesar de los avances, aún hay empresas, incluso algunas muy grandes, en donde  piensan que, con tener un documento genérico sobre políticas y prevención de riesgos de soborno es suficiente.  Mark ilustró este tipo de mentalidad, con una experiencia personal, cuando hace no mucho tiempo ofreció sus servicios a una compañía suiza y le respondieron: “no necesitamos ayuda, porque ya compramos un sistema de cumplimiento a unos asesores de Londres”. Y agregó: “se trataba de un documento, un papel que montaron en internet.”

Planteó que en la concreción de las políticas y procedimientos, hay una diferencia esencial entre la gestión de lo público y la gestión del entorno privado: el BID y el Banco Mundial, por ejemplo, son muy directos y concretos con las normas que deben implementar los países para prevenir los riesgos de corrupción, sin embargo, parece que no están dándose los resultados esperados.  Mark explicó que esto obedece a que existe un mundo subterráneo de relaciones entre el sector público y el privado que aún no tenemos en cuenta o que son complejas de controlar.

Sabemos que en el sector privado se trabaja en gestión y análisis de riesgos, expedición de códigos de ética y conducta, reglamentos internos, capacitación, definición de sanciones, investigaciones, entre otros temas. No obstante el trabajo interno en las organizaciones, con frecuencia encontramos situaciones en dónde éste en la práctica termina siendo obstaculizado o frustrado, debido a que la convicción de los principales directivos de las empresas en estos temas no es tan robusta y los sistemas de cumplimento terminan siendo “tigres de papel.”

Mencionó Pieth que ante esta situación, en EEUU, el Gobierno Biden tiene una visión basada en que la corrupción es una amenaza para la democracia, que afecta la seguridad nacional. Por esta razón, su enfoque particular es el de promover y avanzar fuertemente en los procedimientos de identificación del beneficiario final, con lo cual se pone en sintonía con las iniciativas europeas y de la propia OCDE.

Importante destacar que empresas de la Red se reunieron previamente por sectores económicos (Minero Energético y Tecnología y Comunicaciones) para definir algunas preguntas que formularon al conferencista  durante la sesión y que éste respondió con amplitud. Mark insistió en la necesidad de identificar a los beneficiarios finales de las contrataciones, pues ello permite establecer a dónde y a quién irán los flujos de dinero resultantes de las actividades económicas, e identificar y prevenir de mejor manera, los riesgos de que las empresas sean afectadas por fenómenos delictivos.

Agregó que, es necesario persistir en el trabajo arduo que realizan los oficiales de cumplimiento, que contribuyen a que Colombia tenga avances significativos en la implementación de políticas y procedimientos en la lucha contra el soborno y la corrupción. No hay motivo para desanimarse en procura de estos objetivos. La conferencia de Mark Pieth y su interacción con los miembros de la Red, hizo posible  que hoy tengamos una visión global más completa sobre el estado de los enfoques actuales para prevenir y combatir los fenómenos delictivos que afectan a nuestros países, en primer lugar el soborno transnacional.