El 27 de agosto se realizó la reunión de la Red Latinoamericana de Cumplimiento correspondiente a este mes. El tema se desarrolló en forma de conversatorio entre los invitados especiales Iván Velásquez, quien siendo Fiscal tuvo un papel protagónico en los años 90 en la lucha contra Pablo Escobar y el cartel de Medellín, y fue Comisionado de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala; y Eduardo Herrera Velarde, Director Ejecutivo del Consejo Privado Anticorrupción (CPA) de Perú, autor del libro “El cerebro corrupto”, en el cual describe su comportamiento durante 10 años, como abogado litigante corrupto y corruptor de jueces y otros funcionarios de la rama judicial en Perú.

El conversatorio fue coordinado por Camilo Enciso, Director del Instituto Anticorrupción, quién le imprimió una interesante dinámica al formular a los doctores Velásquez y Herrera agudas preguntas que los motivaron, como personas que han conocido a fondo la corrupción desde diferentes perspectivas, a compartir con los participantes sus conocimientos y experiencias, así como sus motivaciones y reflexiones sobre un tema complejo y de enormes efectos sobre los derechos humanos, la sociedad y la democracia. Aunque en la próxima edición de FARO presentamos el detalle de esta conversación, queremos resaltar algunas ideas y frases de la misma:

“La ley nunca va a ser perfecta, siempre puede ser franqueable por los corruptos; solo la barrera ética es infranqueable”. Eduardo Herrera.

“Cuando fallan los controles éticos de los empresarios, la corrupción es una forma de relacionarse con la sociedad y la administración pública, que en principio, a través del soborno, produce resultados seguros, y que se va presentando como un comportamiento natural, que implica gran desprecio por la democracia y el Estado de Derecho, con grandes repercusiones negativas sobre los ciudadanos. La corrupción afecta la democracia. Es la conducta ética la que puede frenar la corrupción”. Iván Velásquez.

 “Las cláusulas anticorrupción en los contratos no son una barrera infranqueable. Cuando era litigante, firmé más de 300 que nunca cumplí, porque no tenía ética ni principios, era un “sicario” judicial que con el soborno y un simple escrito ganaba los pleitos”. Eduardo Herrera. “La presunción de inocencia es muy importante, pero no siempre hay que esperar a que haya una condena. No se debe asumir la defensa férrea de nadie, si no se tienen todos los elementos de juicio, aunque haya la tendencia natural a confiar en los amigos. Pero toda la información pública y los indicios que se tengan, deben ser evaluados juiciosamente y con objetividad, para asumir comportamientos que busquen proteger a las empresas y a la sociedad. Un ejemplo es que Pablo Escobar murió sin sentencia condenatoria, así que, desde el punto de vista puramente jurídico, hasta el final se debió presumir su inocencia” Iván Velásquez.